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Wagner, entre el culto y el rechazo. La pasión por lo prohibido


Kundry's mesmerizing seduction of Parsifal in Act 2 of the 

opera 
Kundry - Waltraud Meier
Parsifal - Poul Elming
Daniel Barenboim & Berlin Staatskapelle

Staging by Harry Kupfer

Wagner, entre el culto y el rechazo. La pasión por lo prohibido.

Fuente : "Aspectos de Wagner . Bryan Magee"

El culto a Wagner es un caso único en la historia de nuestra cultura. Personajes tan dispares como  Nietzsche y Baudelaire, el poeta de las flores del mal, sucumbieron ante Wagner.
No solo se adoraba la obra de Wagner, sino también a su persona. Un ejemplo de adoración hasta la enfermedad fue el caso del Rey Luis II de Baviera. “ Un ser terrenal no puede corresponder a un espíritu divino.” Si fuera el único ejemplo podríamos descártalo como una declaración de amor homosexual, pues realmente Luis II adoraba a Wagner en este sentido. Pero no era infrecuente que los amigos de Wagner lo trataran de ese modo.
Hanslick, crítico de la época y gran enemigo de Wagner escribía : “el poder hipnótico que ejercía en todas partes, no solo con su música, sino también con su personalidad, dominaba toda oposición, plegaba a todo el mundo a su voluntad, lo que basta para señalarlo como un fenómeno extraordinario, un prodigio de energía y talento.”

Tras la muerte de Wagner, lo idolatraron hombres de toda condición: compositores tan dispares como Debussy y Mahler y personas de la fama de Thomas Mann por su ironía e indiferencia o por su iconoclasia como Bernard Shaw, que escribió : “ muchos de nosotros estamos en la actualidad tan hechizados por la grandeza de El Anillo del Nibelungo , que no podemos sino hacernos lenguas en los entreactos, presa del éxtasis de una admiración ilusa.”
Florecieron asociaciones wagnerianas. El número de artículos y libros escritos sobre él, que llegaba a diez mil antes de su muerte, superó a los dedicados a cualquier otro hombre, salvo Jesucristo y Napoleón.
La devoción que despierta en algunos la música de Wagner no se parece a la que inspira ningún otro compositor. Es como estar enamorado : una especie de locura, de culto, de compromiso irracional, un abandono, que entre otras cosas elimina la facultad crítica.
La reacción opuesta nos resulta igual de familiar: la defensa militante corre pareja con el desprecio militante. Muchos no dudan en censurar su música como ninguna otra, en términos morales: se la tacha de inmoral, corruptora, venenosa, degenerada. La idea de que hay algo intrínsecamente perverso, tan antigua como la música misma, recibió de forma completamente injusta, su mayor impulso del culto que Hitler profesó a Wagner y de la posterior asociación con el nazismo.
La música de Wagner llega de una manera única : irrita, despierta pasiones como ninguna otra y provoca reacciones que, tanto si son a favor como si son en contra, resultan en esencia desmedidas.

Wagner expresa cosas que en el resto de nosotros y en la demás obras de arte son inconscientes porque están reprimidas. La psicología moderna nos ayuda a dominar algunos de nuestros instintos más potentes, en particular el erótico y el agresivo – como por ejemplo los sentimientos sexuales por los padres y los hermanos o el impulso de atacar y destruir a las personas de las que dependemos emocionalmente. La mayoría de los tabúes más importantes de nuestra sociedad, como el del incesto, tiene que ver con ellos.
Así nos lo mostraba Wagner en alguno de sus dramas. Incluso en la actualidad, al público le chocaría que el primer acto de una nueva obra consistiera en una larga y apasionada escena de amor entre un hermano y una hermana que culminara en el acto sexual nada más caer el telón. Pero así ocurre en el primer acto de La Valquiria
Y en el segundo acto se aprueba explicita y abiertamente lo ocurrido. El Dios Wotan pregunta:“¿que mal hizo la pareja que se unió amorosamente en primavera?” Ante esta preguntasu estricta esposa Frika, diosa del matrimonio, grita : ¡“Se me estremece el corazón,siento vértigo .... maritalmente abrazó la hermana al hermano! 

¡¿Cuando se ha visto que se amaran carnalmente dos hermanos?!”
En otras óperas de Wagner , Sigfrido y Parsifal, se presenta y se explora la sexualidad edípica. En ambas el protagonista es tan inocente que no conoce ni la sexualidad ni el miedo. En Sigfrido el héroe se encuentra con una mujer a la que no identifica, y cuando se besan, se despierta en él por primera vez un sentimiento sexual que conlleva miedo y asociación a su madre. En Parsifal, el inocente al principio piensa que debe de tratarse de su madre. Pero la mujer le dice que no, que su madre ha muerto y que ha sido por culpa de él. En ese momento, lanza un grito desesperado.


Es curiosa la constante predilección de Wagner por los amores “ilegales”: No olvidemos tampoco la relación entre Sigfrido y su tiastra Brünnhilde, con la anuencia a regañadientes de su padre “biológico” y abuelo Wotan, cuya atracción por su hija valquiria  tampoco oculta una inquietante intensidad más allá de lo filial.

Kundry, máxima tentación, intenta seducir al inocente Parsifal revestida bajo la ambigüedad de una figura materna ; el legendario Tristán, con filtro o sin él, viola el precepto familiar al sucumbir ante el frenesí amoroso que le provoca la esposa de su paternal tío. Tristan e Isolda, es una de las obras de arte que más erotismo destilan o, en otro nivel, Tannhäuser es castigado por su vida pecadora, que simboliza la visita a Venus, aunque será redimido, como el Holandés errantepor un amor puro que se le ofrenda.
En cierto modo, todas las óperas de Wagner excepto los Maestros Cantores, son como manuales animados de psicoanálisis. Mientras en el escenario se representan y examinan situaciones psicosexuales arquetípicas, la orquesta expresa un torrente de sentimientos no verbalizados asociados con ellas. Es en la orquesta donde se consumen los aspectos mas íntimos del drama. Wagner sabía que estaba haciendo que la orquesta expresara el mundo de los sentimientos primitivos, desenfrenados, incipientes que existe por debajo del nivel de la conciencia.
La obra de Wagner expresa como ninguna otra obra de arte contenidos psíquicos reprimidos y sumamente cargados y que causa un incomparable efecto inquietante.
Análogamente, en su música, las mismas cualidades que repelen, atraen : la sensualidad, el erotismo, la liberación de las inhibiciones, la representación del tabú. Estar en contacto con lo mas profundo de uno mismo puede ser una experiencia rica y satisfactoria para unos, pero repulsiva para otros. Para éstos , la música de Wagner es la música de lo prohibido. Por eso la censuran en términos morales : peligrosa, vulgar, excesiva, autocompasiva, enferma.
En ocasiones, los primeros en quedar hechizados son los que luego más se asustan. Nietzsche, el supremo adorador de Wagner, se convirtió en su supremo detractor. Reveladoras son estas últimas  palabras cuando aún estaba lúcido  . “ Supongo que conozco mejor que nadie las hazañas prodigiosas de las que Wagner era capaz , los cincuenta mundos de éxtasis extraños a los que solo el podía elevarse con sus alas; y como sigo vivo y soy fuerte para sacar provecho incluso de las cosas mas sospechosas y peligrosas y por tanto para hacerme mas fuerte, declaro que Wagner ha sido el mayor benefactor de mi vida.”
Los que encuentran su obra perversa , cuentan con argumentos sólidos a su favor. En primer lugar es verdad que expresa una elocuencia apabullante, y un erotismo desmedido, odio y malicia, rencor , angustia, amenaza latente : todo el lado oscuro de la vida. Los wagnerianos replican que esas pasiones aterradoras forman parte de la vida. Además no toda la música de Wagner exhala estas pasiones. Los Maestros Cantores es toda ella luz y calor; desborda afecto, amor por la vida y el arte. Y algunos de los pasajes mas representados como “Los murmullos del bosque” pintan el mundo natural, el bosque , el fuego.
La música de Wagner se dirige contra una civilización solo en la medida en que ésta se convierte en enemiga del sentimiento natural y que en consecuencia es causa de muchas neurosis.
Tampoco se puede acusar a su música de fascista. Suponer lo contrario es aceptar una perversa interpretación propagada por el Nacional Socialismo. 
En la música de Wagner encontramos algo incomparablemente ambiguo. Por hermosa que sea – y muchos compositores posteriores a Wagner la han considerado la más hermosa que se haya escrito nunca, - no constituye solo un fin en si misma, sino un vehículo para algo más, y lo decisivo es nuestra reacción a ese algo más.
La polémica wagneriana hizo de Wagner un auténtico mito ya fuera visto desde los planos divinos o demoniacos. Wagner , hombre de teatro se ha personalizado en los personajes de sus dramas; su misma autobiografía esta hecha con grandes aciertos de figuración escénica. Wagner pareció realizar el ideal del superhombre con fuerzas y moral aparte. Hay en Wagner la resuelta voluntad de cumplir un ideal apelando a todos los medios, con el convencimiento en el triunfo que sacrifica el amor y la amistad. Este acaparamiento, que sacrifica todo hacia un ideal en función de la música como salvación, es el rasgo decisivo de la personalidad wagneriana, rasgo que incluye estados de admirable renunciamiento, pero también de desprecio hacia exigencias morales ineludibles.

Fuente : "Aspectos de Wagner . Bryan Magee"

Histoclasica@gmail.com

2 comentarios:

  1. Comentar un artículo como el presente es un atrevimiento. Me encantó porque en su amplio contenido vincula mis sentimientos con el enorme Maestro y su inconmensurable música, me atrajo y me identifique con este párrafo: "La música de Wagner llega de una manera única : irrita, despierta pasiones como ninguna otra y provoca reacciones que, tanto si son a favor como si son en contra, resultan en esencia desmedidas." Perdón por la osadía, pero no podía dejar de hacerlo.

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    1. Así es Sergio Reyes su inconmensurable música y sus dramas llamaron y siguen llamando a nuestras pasiones humanas, muchas de ellas ocultas y desmedidas. Amo su música y su mundo.
      Agradecido por tu comentario, recibe un cordial saludo.

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