La Quinta Sinfonía de Beethoven vista por Héctor Berlioz

Hacia el año 1838, sólo han pasado once años desde de la muerte de Beethoven y treinta años desde del estreno de la legendaria Quinta, Héctor Berlioz emprendía un análisis de las nueve Sinfonías del genio de Bonn en las más prestigiosas revistas musicales francesas de la época, al tiempo que se ocupaba de introducir la obra de Beethoven en la Sociedad de Conciertos del Conservatorio de París.

Esta es la mirada de ese romántico extravagante y visionario que fue Héctor Berlioz sobre algunos aspectos de la Quinta en el París de 1838 , en el esplendor del romanticismo.

“ … La Quinta sinfonía , la más celebre de todas, y también según nosotros la primera en la que Beethoven ha dado rienda suelta a su imaginación sin guiarse ni apoyarse en nada extraño o extranjero. 

….En la primera, segunda y cuarta sinfonías , Beethoven ha agrandado más o menos las formas ya conocidas, poetizándolas con todo lo que su vigorosa juventud podía inyectar en ellas de inspiraciones brillantes o apasionadas; en la Tercera ( la Heroica ) no puede negarse la influencia de uno de esos divinos poetas a los que desde hacía ya mucho tiempo este gran artista había levantado un templo dentro de su corazón. Beethoven leía a Homero, y en su magnífica epopeya musical que es la Tercera, de la que se ha dicho con razón o sin ella, que está inspirada por un héroe moderno ( sin duda Berlioz se está refiriendo a Napoleón ), los recuerdos de la antigua Ilíada juegan un papel admirablemente bello y no menos evidente.”

“.....Por el contrario la Quinta Sinfonía parece que emana directa y exclusivamente del genio de Beethoven; él va a desarrollar allí sus pensamientos más íntimos; serán sus secretos dolores, sus cóleras concentradas, sus sueños saturados de triste agotamiento, sus visiones nocturnas, sus arranques de entusiasmo los que proporcionan el tema y las formas de melodía, ritmo, armonía y de instrumentación.”

Allegro Final de la Quinta Sinfonía

karl Böhm & Wiener Philarmoniker

Si la Novena sinfonía contiene la Oda a la Alegría , esta Quinta contiene en su Allegro final , lo que a mi me parece un maravilloso Himno de la Energía. Un torrente de alegría contagioso; la arrolladora fuerza vital de la música de Beethoven late en cada uno de estos compases. Una vez más retumba el corazón inocente y salvaje del genial sordo. Un corazón que siempre estuvo más allá del bien y del mal.

Así nos describe Berlioz sus impresiones acerca de la transición sin interrupción y ese gran crescendo que unen el Scherzo (tercer movimiento) con el brillante allegro final ( cuarto movimiento). 

“ …. Únicamente los timbales sostienen el ritmo, las varillas, en sordina, cubiertas de esponja, dan ligeros golpes que se dibujan apenas en una especie de estancamiento general de la orquesta a los que se suman los violines …. el oído duda … nadie sabe adónde conduce esta misteriosa armonía cuando las pulsaciones de los timbales en sordina aumentan poco a poco … de pronto toda la orquesta, ayudada por los trombones, estalla en el “modo mayor” sobre un tema de marcha triunfal, y da comienzo el Final.

“… No es posible producir un efecto más violento que esta transición del Scherzo a la marcha triunfal. Una terrible sacudida reciben los órganos auditivos de los oyentes y elevan al sumum de paroxismo su emoción nerviosa.”

“¿….Puede compararse el gigantesco canto de victoria en el que el músico poeta, libre de ataduras y sufrimientos terrenales, parece lanzarse resplandeciente hasta los cielos ?”